Los indígenas de tierras bajas comienzan a hacerse
visibles ante el país con la marcha por el “Territorio y la dignidad” de agosto
de 1990, primera movilización de este tipo que hasta la fecha ya tiene nueve
versiones. A partir de ese momento la sociedad boliviana empieza a conocer y
diferenciar a estos pueblos con sus especificidades. Con esa manifestación los
indígenas ponen en agenda además de reivindicaciones tangibles como la
tierra-territorio, propuestas intangibles como la dignidad, lo que supone
profundos desafíos para que el Estado resuelva esos cuestionamientos.
Como producto de esta marcha se declaran los primeros
territorios indígenas. A este evento se suman el recordatorio de los 500 años
de la conquista de América por los españoles, la problemática ambiental y otros
factores en el contexto internacional, que propician un escenario favorable al
reconocimiento social y la visibilidad nacional de los indígenas de tierras
bajas de Bolivia.
La Declaración de los Derechos Indígenas de Naciones
Unidas en 1993 es un acontecimiento que influye en la cooperación internacional
sobre todo la europea que canaliza programas y proyectos destinados a
fortalecer el movimiento indígena, razón por la cual esta coyuntura genera
oportunidades para las organizaciones indígenas que aumentan su capacidad de
negociación e incidencia de sus demandas ante el Estado.
Este es un punto de inflexión que
permitió avanzar en el reconocimiento de los pueblos indígenas de tierras bajas
y los situó no simplemente como una singularidad cultural o folklórica del
oriente boliviano, sino con un modo de vida y de trabajo diferente por las
características de las relaciones de producción en contextos ambientales
particulares. Las organizaciones se estructuraron y reconstruyeron para
perfilar una mayor presencia política y sobre todo alcanzar su reivindicación
territorial. Por primera vez se establecieron los argumentos que viabilizaron
el reconocimiento de la condición multiétnica y pluricultural de Bolivia en la
reforma de la Constitución Política del Estado de 1994.
Como señalan los ancianos, el mundo
mitológico y ritual ancestral ya no existe en su forma vital como en las
primeras décadas del siglo XX. Hoy en día, sin embargo, siguen sosteniendo sus
visiones sobre los espíritus de los muertos y sus poderes sobrenaturales.
Asimismo, el respeto frente a los amos de la naturaleza continúa, que es
característico entre todos los pueblos de las tierras bajas de Bolivia, aunque
con algunas excepciones especialmente entre los pueblos cuya economía se basa
en la recolección y la caza.
La Amazonía
comprendida por áreas ecológicas, es así como cruceños, los del Chapare, etc.
son amazónicos; la Palabra Amazonía proviene de una palabra griega que
significa “sin senos”, en Grecia las mujeres guerreras llamadas Amazonas se
cercenaban el pecho, al llegar la conquista a América se observo a mujeres
guerreras a las cuales luego denominaron como las amazonas de América. Estas
mujeres que habitaban la región amazónica eran las “icaniabas”.
Estas personas ocupan
el lado este de nuestro país, es decir la parte de las tierras bajas de Bolivia
y América Latina, mejor conocida como amazónica. Caracterizada por tener un
clima cálido, húmedo y a veces seco en las parte del chaco. Además de contar
con una diversidad extensa de flora y fauna silvestre.
Es por la inmensa
variedad vegetal y animal; característica de este espacio geográfico, que
estructuraron un estilo de vida ajeno al de los aymaras y quechuas. Las cuales
se mantienen en un determinado territorio para trabajarlo y cuidarlo. Viviendo
del cultivo de la tierra. Los guaranís por su parte recorren el territorio
aprovechando los alimentos provenientes de la naturaleza. Y según la historia,
van cambiando constantemente de lugar hacia otros espacios de donde puedan
proveerse de alimento.
Tal vez esta forma de
vida pueda considerarse parecida al de aquellas plagas devoradoras de alimento.
Conocidas por abandonar el terreno cuando ya no se puede aprovechar más. Pero
la realidad aparentemente similar, es otra.
"Ellos realizan
estas pequeñas migraciones dentro la amazonía para mantener el equilibrio entre
el resto de los seres vivos habitantes de la selva. Porque recolectan frutos,
cazan mamíferos y aves, además de pescar en los ríos sólo cuando la comunidad
requiere alimento. Una vez consumido este recurso vuelven a buscar otro
sustento; para así no desperdiciarlo, demostrando respeto por la
naturaleza." (Arratia, 2007)
Si ya dentro el
espacio de recolección, caza y pesca la cantidad de alimento va disminuyendo;
no al extremo de su agotamiento, se trasladan a otro sitio. Dejando el anterior
libre durante algún tiempo, para poder este volver a ser abundante tras haber
transcurrido cierto lapso. Es así como ellos aman y respetan su medio ambiente
y llevan una vida placentera. Cumpliendo con muchos de sus anhelos
característicos de su cultura.
Luego de las faenas de
caza o pesca, el varón se dispone a reposar durante casi todo el día recostado
en su hamaca. Interrumpiendo su descanso sólo cuando se acaban las provisiones.
Esta es la estampa característica del hombre oriental, verlo descansando por
muchas horas a la sombra de su techo sin más otro afán. Mientras los niños y
jóvenes varones van aprendiendo las técnicas y secretos de caza, pesca y
recolección desarrolladas por ellos desde hace muchos años atrás. A través de
las charlas realizadas con los más ancianos de la comunidad. En cambio las
mujeres dedicadas netamente a la labor culinaria, crianza de los más pequeños,
confección de ropa con materiales de su entorno, y la atención a los hombres de
la aldea. (Arratia, 2007)
Esta sociedad está más
alejada en comparación a las dos anteriores de vivir preocupada por la
acumulación de riquezas económicas u objetos materiales. Viven el día a día
como criaturas libres en armonía con su medio circundante. Paradójicamente
Camargo; el autor mencionado con anterioridad, introduce el término
"económico" dentro la concepción guaraní. Comparándolo con el tan
mencionado progreso dentro el presente ensayo.
Por otro lado las
culturas andinas y amazónicas no dan tanta importancia al progreso como una
adquisición de bienes materiales. Si bien admiten las facilidades en el trabajo
que brinda la tecnología y su producción. Prefieren estar bien con su comunidad
a pesar de no contar con los recursos para adquirir artefactos y maquinarias.
Preponderando la suficiencia alimenticia y bendiciones dadas por sus deidades.
BIBLIOGRAFÍA
Lozada,
Blithz. (2006). “Cosmovisión, historia y política en los andes”. Maestría en
Historias Andinas y Amazónica. Universidad Mayor de San Andrés. Bolivia.
El
Gobierno de Paz Zamora (1989-1993) reconoció mediante Decretos Supremos
territorios indígenas en el Beni para el pueblo indígena Sirionó el territorio indígena
de los pueblos Mojeño, Yuracare y Chiman -TIPNIS-, áreas territoriales de los
grupos Chiman Poco después, otros cinco territorios serían reconocidos por el
Gobierno a los indígenas en la misma área.